Día 45
Cecilio se jubiló hace un año. La pasión de su vida siempre ha sido el teatro. Desafortunadamente, nunca pudo satisfacerla antes de la jubilación. Demasiado ocupado en su oscuro trabajo de funcionario de Correos. Ahora es distinto. Tiene todo el tiempo para sí mismo. Su mujer falleció hace 5 años, una lástima, ese atropello cruzando un paso de cebra. Pero qué bien le ha venido a Cecilio ahora ese dinero que cobró del seguro del coche que la atropelló. Lo ha invertido en su gran pasión, en el Teatro. Todo está preparado para dar rienda suelta a su fantasía.
Una vez hubo cobrado el dinero del seguro, empezó a planificar cómo gastarlo. Fueron más de 100.000 euros, una importante cantidad de dinero. Nunca había tenido tanto. Había muchas cosas que tener en cuenta si quería adquirir todo lo que necesitaba para desarrollar su pasión sin tener que salir de casa. Ropa, decorados, focos, cursos de interpretación a distancia, cursos de declamación, también a distancia. Empezaba de cero y quería saberlo todo.
Amigos suyos le decían que por qué no iba a clases de interpretación en alguna academia, y lo mismo sobre el resto de las destrezas que tenía que aprender. Y por qué montarse un teatro en casa; lo lógico era aspirar a interpretar, a nivel amateur eso sí, delante de un público en un teatro de verdad.
Resulta que Cecilio siempre ha sido muy tímido. No solo tímido, también muy inseguro. Cómo combinar esas limitaciones con su pasión por el teatro, cuando este es pura expresión, es exponerse ante los demás. Sus amigos siempre lo han sabido, pero pensaban que podrían tal vez empujarle para que venciera sus miedos.
Era una causa perdida. Ellos le decían que a la vejez viruelas, que nunca es tarde para cambiar. Cecilio sabía que eso era imposible. La mera idea de presentarse ante un grupo de personas que pudieran juzgar sus capacidades artísticas lo aterraba. Así que siguió adelante con su plan individualizado y recogido y se entregó a su vida artística en el anonimato.
No le resultó difícil encontrar todos los cursos que necesitaba en Internet. Hoy en día se puede cursar cualquier cosa a distancia. Encontró uno de interpretación de 200 horas que tenía muy buenas reseñas. Algo parecido sucedió con el aprendizaje de la declamación, un curso algo más corto y algo más barato, unos 300 euros. Ambos cursos satisficieron con creces las necesidades de Cecilio, unas necesidades bastante modestas. Su pasión haría el resto.
Tras haber realizado la formación deseada y haber adquirido el material que necesitaba, Cecilio se encuentra listo para su gran premier. Lleva varios meses ensayando su papel, mejor dicho, sus papeles. Lo que tiene el actuar solo es que tienes que asumir los roles de los distintos personajes. Pero eso no es problema. Cecilio ha optado por un atrezo minimalista, de manera que pueda cambiar de personaje fácilmente, sin necesidad de un cambio de ropa.
El cuarto de los invitados de su casa se ha convertido desde hace algún tiempo en su estudio de interpretación. Recientemente, también ha incorporado un decorado que le hizo un artista amigo de un conocido. Ahí se le fue una cantidad importante de dinero; 15000 euros le cobraron por todo, incluyendo un precioso fondo. Pero claro, con este decorado la habitación ya empieza a parecer un escenario de verdad.
No puede contener sus nervios. Esta noche es el gran estreno. La obra elegida es Hamlet, y espera regalarle a su público imaginario una maravillosa interpretación de los famosos soliloquios del príncipe danés. Todo está preparado. Cada elemento del escenario milimétricamente colocado en su sitio. La calavera de Yorick escondida tras un mueble para sacarla cuando llegue el momento álgido de la obra y de su interpretación.
A las nueve en punto de la noche, Cecilio entra solemnemente en el escenario, vestido con pieza única de color negro y portando una lanza. Se dirige a un proyector y aprieta un botón. Sobre una de las paredes de la habitación se proyecta la imagen de la platea y palcos de un teatro repleto de gente elegantemente vestida. Cecilio está listo para su interpretación: '¿Quién está ahí?' (Cambiando de lado) 'No, respóndeme tú a mí.' Detente e identifícate.'
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